María Montesinos Sánchez-Elvira (*)

Matar a 53 mujeres no es ni la mitad de importante que matar a un hincha de fútbol.

El pasado 30 de noviembre fallecía en Madrid un aficionado al futbol como consecuencia de la pelea entre hinchas de ambos equipos que minutos después iban a enfrentarse en el Vicente Calderón. Más allá de las distintas versiones que se ofrecieron del hecho, los medios de comunicación se volcaron en denunciar el clima de todo tipo de violencia física y verbal que se vive en los alrededores de los estadios de fútbol, y las muestras de rechazo se multiplicaron, provocando un amplio eco mediático y la puesta en marcha de un operativo policial que se saldó con más de 20 personas detenidas y 90 interrogatorios.

Si comparamos estas reacciones con las habidas después de cada uno de los asesinatos de mujeres – dos en este primer mes de enero y 53 mujeres en 2014 según el dato oficial del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad-, constatamos la diferente implicación de las instituciones públicas y privadas en cada caso. Y si comparamos estas cifras con el número de muertes por violencia futbolística (desde 1982 se han producido 12 homicidios) cabe afirmar que matar a una mujer no es ni la mitad de importante que matar a un hincha de fútbol.

Ante este escenario de enorme desequilibrio, es necesario recordar que precisamente el pasado mes de diciembre de 2014 se cumplieron 10 años de la Ley Integral contra la Violencia de Género (primera ley aprobada por el gobierno de Zapatero), una muy buena iniciativa que, a todas luces, no ha sido suficiente para acabar, y ni siquiera reducir de manera sustancial, con el asesinato de mujeres en España, tal y como se puede apreciar en la siguiente tabla:

Año
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2011
2012
2013
2014
Víctimas
72
57
69
71
76
56
73
61
52
54
53
Fuente: Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad

La situación de violencia en la que viven las mujeres no es exclusiva de ninguna parte del mundo. A escala europea, la macro encuesta realizada a 42 mil mujeres que se presentó en los primeros meses del año pasado, constató que la “mayoría de las mujeres víctimas de violencia no denuncian sus experiencias ni a la policía ni a una organización de apoyo a las víctimas de este tipo de delitos”, y que “la mayoría de mujeres víctimas de violencia no recurren al sistema judicial ni a otros servicios, lo que pone de manifiesto que las necesidades y los derechos de muchas mujeres en la UE no se abordan en la práctica actualmente”. Por ello, no se puede seguir insistiendo en la denuncia como único mecanismo para prevenir estas muertes, ya que las mujeres no se sienten debidamente protegidas por el sistema penal, judicial y policial.

Al igual que en otras áreas de la sociedad, en materia de violencia de género es importante tener presente que los datos oficiales sólo recogen los pocos casos en los que se denuncian las agresiones, por lo que resulta fundamental considerar otras fuentes primarias de información que proceden de diferentes colectivos y grupos de mujeres, organizaciones feministas y asociaciones de derechos humanos que trabajan en temas de prevención y atención a las víctimas, si realmente hay una verdadera voluntad de terminar con el problema. Y los medios de comunicación deben cumplir con su responsabilidad de sensibilizar y promover el debate social en base también a estas fuentes, ya que al contrario de lo que comúnmente se sigue pensando, la eliminación de esta lacra no es sólo una cuestión de relevo generacional.

Las mujeres víctimas de la violencia de género, al igual que las personas aficionadas al “deporte rey”, son de diferentes edades, orígenes y estado civil, y comparten el mismo anhelo de una vida libre de violencia. Sin embargo, no obtienen el mismo eco mediático ni la misma reacción de sus conciudadanos, un hecho constatable que debería ser denunciado en cada uno de los partidos de futbol que acaparan a diario todos los medios de comunicación.

(*) Socia directora en Indera, Consultoría de Género, Secretaria del Patronato de la Fundación Indera y Co-presidenta de la Asociación Respublica.

 

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