Por Lorena Cabrerizo y Marta Martínez Muñoz (*)

Después de China y de India, la población más grande del mundo la conforman personas que padecen diabetes. Según datos de la Federación Internacional de Diabetes la población mundial afectada es de unos 350 millones. Y muchos niños, niñas y adolescentes son parte de esa población que se enfrenta a diario a un tratamiento poco amable que les condiciona sus espacios de desarrollo.

Tal y como argumentan desde la Plataforma de crónicos en edad escolar de Madrid, la diabetes es una de las enfermedades crónicas, que sin suponer una discapacidad, amenaza el desarrollo físico, psicológico y social de los niños, niñas y adolescentes y debe hacer reaccionar a los adultos y a las instituciones.

Según la Asociación de Diabetes de Madrid (para la que Enclave está realizando una asesoría en la revisión de su estrategia institucional) la diabetes en la infancia ocupa la segunda posición entre las enfermedades crónicas más comunes de la población infantil, y con una prevalencia que ha aumentado de forma notable en los últimos años, debido principalmente a factores como el deterioro de los hábitos alimenticios y al sedentarismo en la población infantil. En España se estima que existen aproximadamente 30.000 casos de diabetes (90% diabetes T1) en niños y niñas menores de 15 años y cada año se diagnostican unos 1.100 casos nuevos. En los últimos años, además está disminuyendo la edad media de aparición de la enfermedad; mientras que hace unos años era más numerosa en la adolescencia, cada vez es más frecuente en niños y niñas que “debutan” en su primera infancia, una expresión amigable para referirse al día en el que las personas son diagnosticadas.

Para los socios más jóvenes -de entre 6 y 12 años- de la Asociación que participaron en el taller que realizamos el pasado sábado 25 de abril en la sierra norte madrileña, la Asociación es sobre todo un espacio colorido, alegre de aprendizaje y de acogida algunas de las palabras más mencionadas en el taller. La Asociación tiene por lema: “acompañamos, informamos, educamos y defendemos”, una rúbrica de la que los niños y niñas se han apropiado y expresaron con notable claridad a lo largo del taller y que igualmente debe servir para reclamar mejoras en sus vidas, enunciadas con expresiones tales como:

Que las innovaciones que lleguen de la diabetes vengan primero a la Asociación

– Que en todos los colegios, por los menos, una vez al año vengan a dar una charla sobre la diabetes a todos profes, niños, padres

– Que las profesoras que no sepan de diabetes aprendan, que la de mi cole no sabe

– Queremos una persona que atienda a los niños y niñas que tienen diabetes en los colegios

Y al respecto de esta última reivindicación, la ausencia generalizada de la figura del personal sanitario en el ámbito escolar es una de las vulneraciones más claras de los derechos de estos niños y niñas y adolescentes, puesto que los cuidados y atenciones que requieren (alimentación equilibrada, monitoreo de la glucosa varias veces al día, inyecciones de insulina, entre otros) no están siendo debidamente atendidos. Esta situación rompe con el principio de equidad que se recoge en La Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación, en su título II, “Equidad en la Educación”, donde se establece que las Administraciones Educativas dispondrán los medios necesarios para que todo el alumnado alcance el máximo desarrollo personal, intelectual, social y emocional (art. 71). Además, esta vulneración afecta igualmente a los derechos de padres, madres y tutores, ya que cuando no hay personal sanitario en el ámbito escolar, el entorno familiar de niños y niñas se ve alterado ya que en la mayoría de los casos, uno de los progenitores tendrá que dejar su trabajo para ocuparse de acudir al centro educativo varias veces diarias, según los cuidados que requiera su hijo.

En la Exposición de Motivos de la Orden 629/2014, de 1 de julio, de la Consejería de Sanidad y de la Consejería de Educación, Juventud y Deporte, se establece la necesidad de una colaboración entre ambas consejerías para una adecuada atención sanitaria del alumnado escolarizado en los centros educativos públicos de la Comunidad de Madrid que presentan necesidades sanitarias de carácter permanente o continuado.

La FID advierte que “muchos sistemas sanitarios mundiales no están equipados para manejar la extensa amenaza que representa la diabetes”. Y es por esto que las organizaciones de la sociedad civil que trabajan para mejorar las vidas de los niños y niñas y de las personas con diabetes, deberían aprovechar este momento electoral y de cambio político. Un momento que podría servir para exigir con mayor claridad el cumplimiento de estas y otras leyes que les afectan, en pro de la defensa de los derechos de la “tercera población mundial”, y especialmente de su población infantil, en todos los medios donde se desarrollan las vidas de los niños y niñas sobre todo en el ámbito escolar. “Que hagan más chuches con menos azúcar” nos decían en sus collages el sábado pasado. Y con la misma espontaneidad reclamaban una adecuada atención sanitaria en sus escuelas.

(*) Lorena Cabrerizo Sanz, economista y Marta Martínez Muñoz, socióloga. Evaluadoras y socias fundadoras de Enclave.
Foto de cabecera: MorgueFile

 

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